domingo, 21 de junho de 2015

Hasta siempre comandante


El destino final de ese día era Mendoza.

La noche anterior la parada había sido en Córdoba; en realidad no podría hablarse de la noche y sí de la madrugada, el arribo a la ciudad fue ya en las primeras horas de un nuevo día.

Como siempre, el primer paso antes de dirigirse a un nuevo destino era decidir el mejor camino. Esto con la ayuda de Google Maps.

Ni siempre la sugerencia de Google es la mejor. De hecho, el camino no fue el más corto ni el más fácil, pero sin duda alguna el más bonito y significativo.

No muy lejos de Córdoba, la ruta nos llevó a la ciudad de Altagracia. La idea era pasar recto, sin embargo un letrero en la carretera nos llamó la atención: Museo casa del Che.

La primera reacción fue continuar, un poco por las ganas de llegar luego en Mendoza y otra por la ignorancia en relación a que Ernesto Guevara había pasado parte de su infancia en esta región.

Después de pasar recto, en el primer retorno, volví y seguí las indicaciones que me llevaron a una casa de barrio en la ciudad de Altagracia. Se trataba de la casa donde, por recomendación médica, la familia Guevara se trasladó para tratar de aliviar el asma del pequeño Ernesto.

En una serie de relatos y fotografías vamos a compartir esta experiencia emocionante y única.
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En la calle Avellaneda 501, Villa Nydia es el nombre de la casa. No es pequeña, se trata de una vivienda que debe haber acomodado bien a la familia.

La familia Guevara vivió en la ciudad de Alta Gracia entre 1932 hasta 1943. En la casa museo habitó desde  1935 hasta 1937 y luego desde 1939 hasta 1943momento en el que se mudan a Córdoba

Al pasar por la calle se observa una escultura del pequeño Ernesto sentado en el muro, como muchas veces lo debe haber hecho; a la derecha una llama que no se apaga, lo que está lleno de significados.

Los grupos de turistas de diferentes lugares del mundo llegan a la casa sin parar. En la calle un vendedor ambulante ofrece un delicioso salame colonial; en el día lluvioso en que visité el museo el cuidador de coches entrega un papelito con el dibujo del Che; recordándonos que la propina es su sueldo.

Al entrar a la casa se compra la entrada con precio diferenciado para argentinos y extranjeros ( una práctica habitual en diferentes lugares de América Latina). Algo que llama la atención es que el tríptico informativo está disponible en español, inglés y portugués..




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